Desde los tiempos de Adán, Moisés, Abran, Jacob, Isaac. El propósito de Dios es estar en comunicación con el hombre en este caso con sus Siervos que han venido a ser sus hijos por medio de Jesucristo. Pero esa comunicación se ha perdido en estos tiempos, el pueblo de Dios ya no escucha su voz y se ha sumergido en una monotonía (sensación que se tiene de que todo es día tras día lo mismo o muy parecido). Bloqueando de esta manera la comunicación con el padre, poniendo mas atención en sus necesidades, problemas, y angustias que está teniendo en su vida.
Todo esto es contrario a lo que Dios nos pide como pueblo escogido para alabanza de su nombre.
Sal 100: 4. Entrad por sus puertas con acción de gracias,Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.
Nos obsesionamos en pedir un avivamiento en nuestras vidas, y no nos damos cuenta que ese avivamiento esta en nuestro corazón, pero que no fluye porque estamos cargados, con una carga tan pesada que Dios no nos ha dado.
Mt 11: 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.Estamos tan cansados, debilitados, de llevar esa carga que no nos damos cuenta que sólo Dios puede tomarla y hacernos descansar.
Mt 11: 28. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Es por eso que el padre tiene que utilizar otros medios, para obtener nuestra atención y podernos dar instrucciones de lo que quiere que hagamos, o vallamos algún lugar donde existe necesidad espiritual y física.
Mt. 11: 1. Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos.
Porque ese es el cometido que Jesús nos dejo.
Mr. 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
La única manera es que busquemos la comunión con Él, a través de las circunstancias adversas en nuestras vidas que Él mismo permite que sucedan para llamar nuestra atención.
Su palabra dice.
2da Cor. 12: 10. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Dejemos todo en las manos del Señor que es el único que puede resolver o cambiar la situación adversa que estemos pasando, y pongamos nuestra atención a la adoración que le estamos dedicando porque Él se merece lo mejor de nosotros y así podamos escuchar la voz del Padre.
Efesios 6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Es un consejo que tu lo tomas o lo dejas pasar, pues tenemos libre albedrío...
2da de Corintios 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amen
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