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jueves, 15 de octubre de 2015

CUANDO DIOS TE QUIERE HABLAR

Desde los tiempos de Adán, Moisés, Abran, Jacob, Isaac. El propósito de Dios es estar en comunicación con el hombre en este caso con sus Siervos que han venido a ser sus hijos por medio de Jesucristo. Pero esa comunicación se ha perdido en estos tiempos, el pueblo de Dios ya no escucha su voz y se ha sumergido en una monotonía (sensación que se tiene  de que todo es día tras día lo mismo o muy parecido). Bloqueando de esta manera la comunicación con el padre, poniendo mas atención en sus necesidades, problemas, y angustias que está teniendo en su vida.


Todo esto es contrario a lo que Dios nos pide como pueblo escogido para alabanza de su nombre.

Sal 100: 4. Entrad por sus puertas con acción de gracias,Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.

Nos obsesionamos en pedir un avivamiento en nuestras vidas, y no nos damos cuenta que ese avivamiento esta en nuestro corazón, pero que no fluye porque estamos cargados, con una carga tan pesada que Dios no nos ha dado.

Mt 11: 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Estamos tan cansados, debilitados, de llevar esa carga que no nos damos cuenta que sólo Dios puede tomarla y hacernos descansar. 

Mt 11: 28. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Es por eso que el padre tiene que utilizar otros medios, para obtener nuestra atención y podernos dar instrucciones de lo que quiere que hagamos, o vallamos algún lugar donde existe necesidad espiritual y física.

Mt. 11: 1. Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos.

Porque ese es el cometido que Jesús nos dejo.

Mr. 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

La única manera es que busquemos la comunión con Él, a través de las circunstancias adversas en nuestras vidas que Él mismo permite que sucedan para llamar nuestra atención.

Su palabra dice.

2da Cor. 12: 10. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Dejemos todo en las manos del Señor que es el único que puede resolver o cambiar la situación adversa que estemos pasando, y pongamos nuestra atención a la adoración que le estamos dedicando porque Él se merece lo mejor de nosotros y así podamos escuchar la voz del Padre.


Efesios 6:10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

Es un consejo que tu lo tomas o lo dejas pasar, pues tenemos libre albedrío...

2da de Corintios 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amen

lunes, 5 de octubre de 2015

¿CONFIAMOS VERDADERAMENTE EN DIOS?



Muchas veces pensamos que nuestra confianza en Dios es solida que nada podrá quebrantarla!!!.

Pero yo pregunto:

¿sera que lo decimos de corazón, o solo de labios?.

¿Porqué digo esto?.
Porque el hijo de Dios mientras le suceden cosas buenas cree que hay un Dios maravilloso, digno de alabanza, glorioso, y que como el no hay otro.

Pero, cuando Dios permite que les sucedan, la prueba, la tribulación, el problema, para ver nuestra capacidad de enfrentarlos, nos olvidamos en el que habíamos creído...

Que nos rescato de una vida llena de enfermedades, de delitos y pecados, nos limpio, sano, liberto y nos dio una nueva vida para alabanza de su nombre, pero esa es la naturaleza del hombre que olvida fácilmente. Pero Dios cumple lo que promete, así lo hizo cuando le prometió a David que cuando sus días sean cumplidos, el levantaría descendencia y el edificaría casa a Jehová. 1 Cro. 17: 11-12.
Y lo cumplió a través de Salomón que construyo casa a Jehová 2 Cro. 3:2. Dios es un Dios de Palabra que cuando promete algo lo cumple en el tiempo que el quiere, porque el sabe cuando el corazón del hombre esta listo para recibir.

En ese tiempo que Dios nos da para demostrar nuestra confianza en El, muchas veces flaqueamos, dudamos, y perdemos la confianza en aquel que es fiel y tiene un gran galardón. He. 10: 35. Pero es necesario que tengamos paciencia para obtener lo que Dios nos ha prometido. He. 10: 36.

Sabemos que el justo tiene que ser probado por el Señor nuestro Dios, el ve los pensamientos y el corazón. Jer. 20: 12. Lo que el hombre no ve, porque vive de apariencias queriendo demostrar lo que no es y no tiene, catalogando a las personas por lo que son exteriormente y no por lo que son interiormente como ser humano, sabemos que tenemos errores que no somos perfectos, el único perfecto es Jesucristo.

De eso se trata cuando el Señor nuestro Dios permite muchas cosas en nuestras vidas para enseñarnos a ser mejores cada día, a vencer y no dejarnos derrotar sino que con inteligencia y sabiduría de lo alto sepamos enfrentar las vicisitudes de la vida,.que comencemos a desechar de nuestro Corazón lo que no le agrada al Señor, para poder alabarlo como el quiere de corazón en espíritu y en verdad, Jn. 4: 23.

por tanto nos es necesario ser probados, porque a través de eso aprendemos a ser mejores cristianos y maduros en los caminos del Señor, dando testimonio de El que nos llamo de las tinieblas a su luz admirable. 1P 2: 9.

Siempre confiando plenamente en El que da fuerzas al cansado y al que ya no tiene ninguna. Is. 40: 29. Su palabra es para darnos el impulso que necesitamos en los peores momento de nuestras vidas, porque ella tiene poder. Nos ayuda a no temer, a no preocuparnos, a no tener tristezas sino que nos impulsa a seguir adelante CONFIANDO SIEMPRE EN El. Is. 40: 10.


Ef. 6: 10. Por lo demás, hermanos mío, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.


Es un consejo que tu lo tomas o lo dejas pasar, pues tenemos libre albedrío...


2 Cor. 13: 14. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amen.